No es nuevo y lo vemos en partidos políticos de todo el espectro y representación, debe ser el nuevo modo de hacer política, pero no debería ser el nuestro.
Estamos asistiendo a una inadmisible campaña de acoso dentro de nuestro propio Partido Carlista a nivel Federal que sobrepasa el ámbito de enfrentamiento personal. La presencia de nuevos personajes de desconocida militancia y la falta de empuje puramente político no puede ser la excusa que permita una guerra sucia.
Un luchador incansable, David Martínez, lleva demasiado tiempo en el ojo de la diana de quienes no admiten ni criticas ni proyectos ajenos capaces de hacerles sombra y quienes deberían imponer la difícil paz interna, son precisamente los que, valiéndose de inquinas personales, animan a la descalificación y la injuria.
Somos militantes del Partido Carlista y un buen número miembros del Consejo Federal de Dirección, (máximo órgano entre Congresos, y por tanto necesariamente convocado y activo, no lo olvidemos) que llevamos tiempo denunciando la deriva que se ha tomado como camino y que solo conduce a la desaparición de nuestro Partido, y nuestra crítica y nuestro trabajo no lo es de uno solo de nuestros compañeros, ni ha tenido como fin otra vía que la de encaminar nuestros pasos a un mejor conocimiento del Carlismo, abriendo puertas al futuro y dando a conocer la ideología aprobada congresualmente, recogida en los Estatutos que obran en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior, una ideología con recorrido de futuro que como partido político debe mostrar si pretende permanecer en la leal lucha democrática por una sociedad mejor.
Nadie y menos aún David Martínez, ha suplantado, sino creado y llenado los huecos vacíos que la Dirección no atendía en algo tan indispensable hoy en día y mas en política como es Internet; este sin duda ha sido el principal motivo por el que se ha señalado indignamente a un carlista indiscutible, militante leal y firme en su trayectoria y sólo la manipulación del sistema establecido estatutariamente para dirimir diferencias internas, llevó a una situación por otra parte ya dada por superada.
Posiblemente este asunto debería haberse cortado hace tiempo por otras vías, e indiscutiblemente habría sido mas efectiva la del dialogo. Desgaraciadamente ha sido otro el camino, y se ha buscado en un enfrentamiento personal la cuña con la que intentar silenciar críticas y tapar errores de una Dirección que incumple sistemáticamente los estatutos, oculta información a la militancia y no convoca a sus órganos de dirección cuando es debido.
Algo debe quedar claro, solo habría que revisar historiales personales y después juzgar, David Martínez, militante en activo por Gipuzkoa, no es más que uno de los nuestros, un carlista histórico y de futuro, plenamente en activo, por mucho que algunos se empeñen en decir lo contrario.
Partido Carlista de Madrid.