De qué hablamos, ¿acaso de una Ley mal estudiada, peor debatida y precipitadamente aprobada?, no es el caso. Hablamos de una realidad diaria, ofensiva y dolorosamente diaria, que hace de la mujer noticia y de la muerte anécdota en mil y una forma de llegar.
Es curioso que cuando la controversia sobre una Ley supuestamente protectora de la mujer, que contiene datos muy favorables, pero errores inasumibles, entra en vigor, la masacre aumenta sin freno; algunos aprovechando la circunstancia utilizan el desgarro y culpan a lo barato que sale llevarte por delante la vida de una más, otros culpan a la falta de validez de medidas de protección demostradamente obsoletas y los más ven con espanto y resignación el fruto de una incultura ancestral de propiedad de vidas y derechos a ejercer de muerte.
Pero, sin querer queriendo el retorno del SI sin explicar el NO de la cabecera.
Porque la lucha mal planteada por derechos e igualdades, de agresividad contra el otro, ha despertado en él un instinto de defensa. La igualdad entre hombres y mujeres pretendida ha creado un abismo insalvable que anula toda razón, toda capacidad de entender de aquellos “Superiores” en hombría mal entendida.
NO queremos más muertes, No queremos libertades prematuras de quienes dicen haber cumplido con su culpa, NO queremos manifestaciones ni palmas post morten, queremos que esta sociedad cada día mas sucia despierte de una vez, olvide manifiestos políticos y se enfrente al derecho a la vida que todo ser tiene hasta que su hora marcada llegue.
Una sociedad incapaz de reaccionar cuando sus elites la traicionan, que soporta mansamente toda la inmundicia política debidamente manejada y utilizada por unos y otros y sufrida estoicamente, que llena los informativos de muertes individuales que provocan efecto domino, para que ignoremos la muerte social a la que nos están llevando, solo tiene un salvavidas y este es aprender mejor hoy que mañana a decir NO, un NO alto y claro contra todo lo que ha cambiado para mal, NO a las intromisiones institucionales, NO a la corrupción, a la falta de educación social, NO a la violencia ya hecha costumbre, y con todo ese grito negativo, hacer de él la esperanza de un SI a un futuro en paz y convivencia. Difícil, muy difícil, pero necesario. D
Tanto la ley del sí es sí como la ley trans, no corresponden a políticas feministas de siempre. Responden a la ideología de género, la teoría queer, que es absolutamente sexista y va en contra de cualquier avance en igualdad y en bienestar de las mujeres, ni los y niñas. Es un despropósito más, del posmodernismo neoliberal que representa el gobierno de España.