Los dichos y los refraneros populares son una expresión popular que clarifican con poco más de unas palabras y con su doble sentido mucho más que lo que pueda hacerlo, sobre todo en este caso, un politólogo de moda, profesión de primer orden los últimos años que nada soluciona ni aclara, pero que llena mucho en los debates de la tele. Aquí se utiliza una de esas frases que menciono, “Disparar con pólvora de Rey”, o gastaremos sin control, que paga otro.
¿Y a qué viene esto ahora? La política en nuestro Madrid se enreda y encrespa un día sí y otro también, sin que los temas principales que interesan a los madrileños, la repetida sanidad, las viviendas de protección, el aumento de la violencia callejera…. Tengan soluciones concretas y programas en funcionamiento; son cosas de las mayorías absolutas, con ellas la vida de las comunidades y los municipios, pasan a ser un simple punto estratégico del partido mayoritario y las decisiones se miden en beneficio de los mismos mas que en las necesidades reales de los ciudadanos.
La telaraña de Comunidades gobernadas por el Partido Popular, (otros habrían hecho lo mismo, por desgracia), se fortalecen y juegan entre ellas, y no solo con los movimientos de los peones del ajedrez presidenciales, respaldándose en todo sarao de mayor o menor importancia; así tenemos por ejemplo, como un Conseller de Cultura valenciano “regala” a la Fundación Toro de Lidia de Madrid 300.000 euros, no a la Escuela Taurina de Valencia, que sería hasta cierto punto tolerable, mientras que corta las ayudas a las asociaciones valencianistas no afines. Hay más, pero sin duda la que nos afecta es la “genial” celebración de Fallas en pleno febrero y a 369 km de distancia de Valencia ciudad, centro neurálgico de todo lo que huela a pólvora y suene a lo “mascle” o en castellano a lo macho o aún mejor a lo bestia. Promocionar Valencia, pero que no nos cueste sería aún mejor.
El señor Almeida quiere Fallas, su colega Mazón quiere promocionarlas porque son un punto importantísimo de su economía, no solo en el mes de marzo, sino con todos los puestos de trabajo que durante el año pone en marcha tal celebración, eso es correcto, pero lo sería más si el que quiere promocionarse pagase la fiesta, así no.
Son 45.980 euros, más del doble de lo que cuestan las “mascletás” en la plaza del Ayuntamiento valenciano, también será mas del doble el impacto sonoro que promete Pirotecnia Valenciana, encargada del evento, por no hablar del daño medioambiental que dicen puede producirse por el lugar elegido, las arcas municipales deben rebosar sin duda y hay que dejar claro donde esta la capital del Reino.
Con todo esto, resulta que si se denuncia la fiesta municipal, además de pasar a pertenecer a la izquierda irracional y poco dialogante pasas a ser “cateto”, dice la alcaldesa valenciana, seguramente será así, pero no sé qué será lo que piensen los miles de madrileños que ya no hacen colas para coger comida, porque han sido prohibidos los bancos de alimentos que tan mala imagen daba de un Madrid prospero, o los ancianos en las residencias municipales y de la Comunidad cuando sorban la sopa aguada de la que tantas quejas se publican, o los mismos policías que vigilen la fiesta protegidos por unos chalecos que ellos mismos se han comprado y con un salario que raya el mínimo interprofesional, y si el Alcalde lo supiera seguro que encontraría un chascarrillo adecuado que tanto gusta al populeo, para aclarar que 45.980 euros no solucionan nada, que la vida hay que disfrutarla un poco y si el disfrute se paga con fondos públicos (pólvora de Rey) todo lo demás es solo criticar por criticar, nada más.
Que Madrid disfrute, que ya se sabe al madrileño las cañas, el jolgorio y el fiesteo le hace olvidar todo lo que cuece en los palacios de la Puerta del Sol y de Cibeles.