La memoria histórica, no la que ahora está siendo utilizada por los políticos de turno, sino la que queda en las mentes humanas y se transmite de generación en generación, está sufriendo la manipulación de aquellos que tendrían que haber velado por su conservación. Sin duda el poder de la prensa en todas sus formas, no solo en la tradicional y cada vez menos utilizada, la de papel, la información al ciudadano que viene acompañada de postureos, partidismos mentiras y verdades a medias está aquí, marcando la memoria reciente de los ciudadanos, seleccionando como noticiable solo lo que puede atraer por sensacionalista, y dejando muchas veces la noticia menos suculenta para mejores momentos o huecos rellenables.
¿Es un ataque al periodismo lo anteriormente expuesto?, es una explicación que me doy a realidades que me afectan. Con motivo de las últimas declaraciones de Otegui, que no voy aquí a analizar, el tema del terrorismo ha vuelto saltar a la palestra, de los dos terrorismos el de Estado y el de los «grupos antifascistas» según decía el señor Aznar. Leo un artículo (https://www.eldiario.es/euskadi/vitoria-1976-sanfermines-1978-matanzas-llevan-banquillo-martin-villa_1_8407496.html ) , en el que dos acontecimientos quedaron marcados en nuestro pasado reciente, Vitoria 76 y San Fermín 78, y me pregunto ¿Montejurra 76 nunca existió?.
Durante años hubo que luchar (labor incansable de José Angel Pérez Nievas) para que las victimas de aquel aciago día fueran reconocidas como victimas del terrorismo, una noticia que paso sin pena ni gloria para la prensa , y después… podríamos decir que el silencio o poco más, algún artículo de tarde en tarde. Nosotros mismos, hemos ido dejando de ser noticiables, no ya nuestro Montejurra, sino como partido político en activo, la dejadez de acción presencial, la falta de participación en actividades de agrupaciones políticas y sociales, nuestro propio confinamiento interno en intentar saber que color puede tener nuestro ombligo, si azul o rojo, la falta de visión de futuro, nos ha ido relegando a una inexistencia que el carlismo no merece y menos aún nuestros muertos.
Montejurra 76 no es más que un hecho prácticamente ignorado para la historia, porque la historia se escribirá con los recortes de prensa ya sean en papel o en la pantalla que lo sustituye. Cuando nuestra generación se pierda, se perderá también aquel recuerdo y solo nosotros habremos sido los culpables. D
