Estado anímico de la mayoría de la sociedad, y no precisamente por exceso de actividad ni laboral (que más quisiéramos) ni cultural, ni ideológica, ni….
Acusan los sociólogos a la pandemia, hay que buscar un culpable, pero si consultas en tu entorno sobre su situación anímica, verás que el gran culpable no es otro que el permanente machaqueo informático en el que nos han encerrado los medios de comunicación, fruto de la actitud de la clase política que allá por no se qué alturas y con el convencimiento de que nos representan a todos bullen permanentemente con el único fin de conseguir, sí conseguir lo que sea, un escaño, una noticia, un personalismo, un triunfo efímero o un desgraciado descalabro.
Al ciudadano medio, mayoría, ese que enredado en el problema real de seguir tirando como puede, ya no aguanta más crisis, ya está harto de reformas, nuevas leyes, y “mejoras” inalcanzables; le han metido en un circulo cerrado del que no puede salir por mas que lo intente, se siente manipulado y no llega a comprender como aquel paraíso social en el que un día creyó, ha llegado a la situación actual. Y el caso es que debería ser fácil si parase un instante la rueda y en un ejercicio de introspección mínimo viera como como se ha dejado calar de la gota constante de “tú vive, tranquilo, que aquí estamos nosotros, disfruta, consume, no pienses demasiado” ese mensaje permanente y no audible que durante años ha estado en nuestro entorno. Hoy después de tanto “vivir sin más” la gota colmó el vaso por la irrealidad del mensaje.
Nos han cansado, han conseguido que triunfe la apatía en la inmensa mayoría por sentirse traicionada y manipulada. ¿Es irreversible?
Si para algo sirve la historia, nos han dicho una y mil veces, es para que a su vista seamos capaces de evitar errores, pero la gente historia no conoce ¿entonces?; la historia se reduce al pasado individual y cada uno de nosotros estamos comenzando a darnos cuenta de que el ayer no es muy lejano, que hubo un tiempo próximo en que el individuo si contaba a la hora de decidir, si su voz servía de algo, si su derecho a elegir era licito, si otros podían desvirtuar sus decisiones, si el individualismo era mejor que la fuerza que da la unión…
Aquí estamos hoy, una sociedad frente a su futuro, una sociedad que una vez más está siendo machacada por intereses ajenos a la realidad que necesita, con modos y maneras perfectamente programados pero “ellos”, “todos ellos” no han caído en una cuenta sencilla, solo hay que recordar aquel globo infantil que creía y crecía sin límites hasta que al fin reventaba por exceso de presión.
Califican los sociólogos nuestra sociedad en los mayores, los Z, los baby bum…. La sociedad real la componen los que vivieron y lucharon por un mundo mejor, libre, culta; los que recogieron sus frutos y comenzaron a disfrutar de ellos; los que esperan más, los que exigen más, los que ignoran y… estos últimos son nuestro futuro y solo abriéndoles los ojos a la realidad que ignoran podremos resistir, habrá que buscar la forma de que despierten.
El cansancio social ha llegado al límite, imposible más. Pues es hora de tomar aire, respirar profundo y reiniciar la marcha, por duro que parezca y por falta de interés que nos hayan metido en el cuerpo, vamos, démonos la mano y como ciudadanos libres actuemos, oídos sordos a cantos de sirenas, limpieza mental y a por la libertad. NUNCA ES TARDE.
D.T.